lunes, 17 de octubre de 2011

A ti, patán.

Es a ti que te hablo, maldito patán.

Ya mi Padre me ha dado una esperanza y me siento más tranquila ahora, pero lo que quiero decirte en la cara es lo que le diré al mundo.

No me importa un ápice lo que te pase. Sin derecho ninguno te robaste parte de mi vida. Sin derecho la robaste y la tiraste como si de basura se tratara. Te deshiciste de ella sin importarte que no tenías derecho. No lo tenías, y ahora me la robaste.

Aprovechaste que no estábamos y te la llevaste. La botaste. Devuélvemela, maldito patán! A ver si ahora sigue con vida...

Qué mísero derecho dices tú que tenías? Que esta era tu casa...

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Wow, si hubiera seguido escribiendo creo que te hubiera tomado odio. Gracias a mi padre ya no me importas y no mereces que te escriba. Tal vez lo haga luego, otro día, en otra vida... pero por ahora que te quede claro q si te sacas la lotería, ok, si te arrolla un camión, qué pena. No me importas nadita.

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