miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi Princesa y su Rival

...y no cesa. Tiene tres días su marcha imperial. Golpea, azota, se lleva; trae, bendice, cura. No, no me cura. Tal vez sea la única, pero no se lleva mi dolor. Dolor punzante, agudo. Jamás antes presente en mí.

Se ha ido, y su enemiga se queda, porque no para. Aquí conmigo se queda. Aquí conmigo por siempre. Se fue mi bendición, y permanece su rival. La lluvia, su rival. Mi bendición, mi amada. La lluvia que conmigo se queda, las lágrimas que no dejaré de derramar...

Vete, pequeña de mi vientre. Corre, y no dejes que la lluvia te alcance.

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